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Artículos de Divulgación

 

EL QUINTO PODER

Hace un año, el 13 de marzo de 2004, nació en España el Quinto Poder. Su definición es muy difícil, como todas las definiciones que no se limiten a la mera versión o traducción de la etimología de la palabra o conjunto de palabras que expresan la idea. Su concepto, por el contrario, está muy claro: es quinto porque existen otros cuatro, y es poder porque se trata de una fuerza que puede llegar  a ser decisiva en un asunto concreto en un momento preciso.

El Quinto Poder, que emana del pueblo como cualquier otro movimiento revolucionario popular,  se caracteriza por estar siempre latente pero nunca agotado ni desaparecido. Esta latencia ha existido todo el tiempo a lo largo de la Historia de la Humanidad, pero hasta ahora se había manifestado muy esporádicamente y con gran parsimonia, necesitando muchos años para poder llegar a ponerse de manifiesto y ejercer su poder.

El Quinto Poder no tiene ninguna posibilidad de elaboración de leyes, que le corresponde al Primer Poder, pero su actuación, cuando la ejerce, es mucho más rápida que ese Poder Legislativo. Tampoco tiene el Quinto Poder ninguna facultad jurídica, como le ocurre al Segundo Poder pero, cuando juzga que debe tomar alguna actitud, lo hace con toda rapidez, superando así la tardanza del Poder Judicial.

El Quinto Poder, aunque actúa con la misma celeridad que pueda hacerlo el Tercer Poder, aventaja a éste por su espontaneidad y por su instantaneidad, ya que su ejecución surge en un momento determinado de una manera más resplandeciente que lo que pueda hacerlo el Poder Ejecutivo.

El Cuarto Poder, que es la fuerza influyente sobre los  tres poderes del Estado, no  ejerce siempre su acción con la prontitud de los medios de que dispone para hacerlo, sino con la calma que le obliga el tener que esperar a conocer la tendencia de opinión que debe expresar, de tal forma que, cuando surge el movimiento del Quinto Poder, este Poder de los Medios de Comunicación, la Prensa, de donde toma su nombre, la Radio y la Televisión, se ve desfasado y superado en todas sus posibilidades, teniendo que limitarse a contemplar los acontecimientos y contarlos sin poder manipularlos ni influir sobre ellos.

La lentitud del Primer Poder, el letargo del Segundo, la inoperancia del Tercero y el  desconcierto del Cuarto impulsan al Quinto Poder a entrar en acción ante una situación urgente, pues se trata de reaccionar sin dilación ante una indecisión, una irresponsabilidad o una inequidad del Tercer Poder que, en vez de ejercitar su poder ejecutivo en busca de la verdad, intenta ocultarla en beneficio de su propio interés personal y partidista,  jugando con el tiempo al intentar agotarlo antes que su engaño se descubra.

La mentira no se perdona y se reacciona ante ella, por lo que  hace falta mucho coraje para mentir y mucha habilidad para que no se descubra la mentira. De ahí que muy poca gente, superada la infancia, se atreve a mentir, con la excepción de los poderosos, que pueden convertir la mentira en un hábito, ya que los que están sojuzgados o amparados por ellos la aceptan de mal o de buen grado. Los honorables y primeros señores que forman el Tercer Poder utilizan una  característica típica de los poderosos, que es bien conocida: “Procure siempre atinalla el honrado y principal, mas si la acertalla mal, mantenella y no enmendalla”. De esta forma  pretenden convertir  un error en una virtud al mantener éste por encima de todo, antes que reconocer su cometimiento; trasformando así un simple defecto, que pudiera haber sido perfectamente entendido, en un engaño que jamás será perdonado, ya que se convierte en la peor de las mentiras, pues consigue el mismo fin que ésta y oculta la valentía y la habilidad  del saber mentir, además de constituir un grave insulto, pues atenta contra la inteligencia y la honorabilidad del pretendidamente engañado.

La llamada Sociedad del Conocimiento es un hecho cierto, no sólo a nivel teórico, sino también en el ámbito práctico. A través del uso y establecimiento de las llamadas Tecnologías Abiertas, accesibles a nivel tecnológico y económico para todos, se puede utilizar el mayor número de tecnologías emergentes, que constituyen los vehículos de la Globalización de la Información y  su  Red del Conocimiento. Una de estas tecnologías es parte integrante de la moderna Telefonía  Celular y sus teléfonos móviles, el Sistema de Mensajes Sucintos (S.M.S.) o Cortos (Short Message System), que consigue que cualquier dato noticiable pueda llegar a cualquier rincón del mundo en horas, sino en minutos; lo que significa, dentro de un país en particular, que una información puede llegar a cualquier persona, esté donde esté, en minutos, sino en segundos.   Gracias a esta técnica, que está al alcance de la gran mayoría de los habitante del Mundo, pues su precio es muy barato y su aprendizaje muy fácil, el Quinto Poder adquiere pacíficamente una gran velocidad de transmisión,  llegándose así a un control de calidad de la información, que espontáneamente conseguirá descubrir la verdad y derrocar el engaño del asunto que se trate, actuando así como un auténtico y decisivo poder.

Los otros cuatro poderes, debido al resurgimiento de esta moderna e independiente expresión de libertad, lucharán irremediablemente en contra del Quinto Poder, e intentarán, primero, su  aniquilación; si no lo consiguen, en segundo lugar,  buscarán adquirir su control,  y, finalmente, en caso negativo, en tercera instancia, su manipulación. La forma mejor,  más limpia y  más cómoda de eliminar una idea, un movimiento, una fuerza, es, indudablemente, negar su existencia, lo que ahorra el sucio trabajo de desprestigiarla con insultos e improperios o el esfuerzo de buscar argumentos en contra de ella. El control del nuevo movimiento está basado en su descalificación legal por no ceñirse en su actitud a los cánones establecidos, consiguiéndose así su limitación a una acción parcial y desvirtuada. La manipulación es el más hábil de todos los esfuerzos por eliminar una fuerza nueva y liberadora, pues consigue hacerse con el liderazgo de ésta y dirigirla al lugar que sea más conveniente.

A pesar de lo antedicho, el Quinto Poder, al gozar de sus características de instantaneidad, de espontaneidad y de celeridad, vencerá siempre a los otros cuatro poderes, que no tienen o no saben utilizar éstas virtudes en un momento importante, que será siempre el elegido por el Quinto Poder, por lo que habría que acuñar la palabra “momentaneidad” para definir esta otra condición. La acción del Quinto Poder será también siempre popular, nunca belicista, jamás dirigida ni mediatizada, invariablemente pacífica pero también revolucionaria.

Publicado en el periódico "Información" de Alicante, pag. 24, 16 de marzo de 2005

 

La ética socialista: Don Quijote y Jesucristo.

            La ética socialista está  basada, sin duda alguna, en la doctrina cristiana. Cuando esta ética es tamizada por el Catolicismo se llega a la moral católica, que basa sus principios en la obediencia, la buena educación y el buen comportamiento con arreglo a las leyes del conservadurismo de lo correcto, lo limpio y lo bien ordenado.

          El Socialismo toma sus principios de conceptos cristianos mucho más profundos, que básicamente tienen tres formas de expresión: la caridad cristiana de los poderosos a los menesterosos, la igualdad entre todos los hombres pregonada por Jesucristo y su dictado del derecho de todas las gentes a conseguir la felicidad y bienestar en la Tierra.

          Como la caridad implica que haya ricos y pobres, asumida en principio por el Cristianismo que el Socialismo la transforma en solidaridad, que no niega que existan pobres y ricos, pero que fuerza a estos a repartir sus bienes entre aquellos, mediante una acción política de justicia social. La igualdad entre todas las gentes de la Tierra está asumida por ese movimiento político como  un principio absolutamente necesario para que todas y cada una de las personas puedan ejercer las libertades en su actuación social. La felicidad, o por lo menos su búsqueda y persecución, es recogida  por esa fuerza política como un derecho innato y natural de todo ser humano, por lo tanto cree que debe  conseguirla, no con los milagros de Jesucristo, sino mediante la creación de un estado de bienestar social.

Dentro del Partido Socialista, durante la convivencia entre viejos y jóvenes, entre veteranos e inexpertos, estos principios salen a discusión en muchas ocasiones con preguntas de estos y respuestas de aquellos. En realidad sólo los veteranos de ahora tienen los recuerdos, y muchas veces los signos, de la represión franquista y de las dudas y titubeos de la Transición. También necesitan tener por lo menos 48 ó 50 años para haber vivido en su juventud el Golpe de Estado del militarismo español de hace 30 años. Todos estos recuerdos, a veces señales físicas en sus epidermis, como dijo el historiador Miguel de Cervantes en el prólogo de las segundas aventuras de Don Quijote, “señales son que guían a los demás al cielo de la honra y al desear la justa alabanza”.

          Los jóvenes de ahora disfrutan de la “honra” que les legaron los viejos históricos que ya no están entre nosotros y se dan cuenta de que algún día, lo más lejano posible, los viejos de hoy, que siguen legándoles la honra del Socialismo, serán entonces también históricos para ellos. Los veteranos que hoy se mantienen activos en el partido quieren recibir la “alabanza” que se merecen por todo lo que hicieron y por todo lo que siguen haciendo por el Socialismo, porque su experiencia es tanto o más valorable que el ímpetu de la juventud, pues, como decía el narrador de Don Quijote en dicho anuncio, “el entendimiento suele mejorarse con los años”.

Por todo lo antedicho, no se entiende la persecución moral que muchos  medios de comunicación y algunas personas “sueltas” ejercen contra la mayoría de esos veteranos, que tal vez cometieron algún error mínimo o sufrieron un hecho tergiversado, que no se ha querido ni olvidar ni aclarar, manteniéndose en el tiempo como si fuera una gran verdad. Lo que sucede es que, cuando se ejercen cargos políticos de cierta importancia, se crean alrededor críticas a cualquier tipo de actuación de estos. Por eso Don Quijote recomienda a Sancho Panza, antes de ser Gobernador de la Ínsula Barataria, que, ejerza el cargo con “una blanda suavidad, para que le libre de las murmuraciones maliciosas, de quien no hay quien se escape”.

Yo admiro a esos  viejos veteranos que consiguen las alabanzas de todos los militantes después de haber conseguido el apoyo de la mayoría de ellos para sus proyectos de organización del partido y de su renovación ideológica. Yo les tengo mucha envidia, pero yo creo que de “las dos que hay”, como decía el narrador antes mencionado, la mía es sana, aunque no “santa”, pues muy pronto hace que me alegre de sus éxitos y un poco después me lleva a pensar que soy partícipe de sus triunfos.

          Publicado en el periódico "Información" de Alicante, pág. 28 de 6 de noviembre 2012.                                      

  En el XX aniversario de su muerte,

ENRIQUE TIERNO GALVÁN, según un discípulo.

       En el otoño de 1992 se celebró en Pozuelo de Alarcón, cerca de Madrid, un Seminario organizado por el Instituto "Fe y Secularidad" de la Universidad de Comillas, que ofreció un encuentro entre el teólogo Raimundo Panikkar y el filósofo Antonio García Santesmases, teniendo como  tema la existencia de Dios, punto de convergencia de ambas intervenciones, pero con ángulos diametralmente opuestos, como quedó demostrado por los títulos de las conferencias de uno y otro: el teólogo, sobre "La agnosía de un creyente", y el filósofo, sobre "Las creencias de un agnóstico".

Raimundo Panikkar, al acentuar la penúltima sílaba y deshacer el diptongo de la palabra neurológica agnosia, la transformó en agnosía, introduciendo así un concepto que relacionó con defectos de comprensión y con dudas y vacilaciones en la fe de los creyentes, que pueden ir desde la docta ignorancia del que no pretende saber más de lo que sabe hasta la autolimitación del conocimiento del que sabe que todo saber está impregnado de no saber.

            Antonio García Santesmases, aun sin haber acuñado ninguna palabra nueva, hizo comprender a la concurrencia la dificultad de encontrar algunas creencias entre los agnósticos, utilizando la figura de Tierno Galván como un modelo de ellos. Conforme fue transcurriendo su disertación, volvieron a mi cabeza muchos momentos compartidos con el Profesor D. Enrique Tierno Galván tanto en Madrid como en Alicante: desde el Sr. Tierno como uno de  mis profesores de bachillerato, hasta el D. Enrique cuando hablaba con él personalmente, pasando por el Viejo Profesor del Partido Socialista Popular (PSP) o simplemente el Profesor en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).  Hoy, cuando se cumple el XX Aniversario de su muerte, no puedo resistirme a describir algunos recuerdos, aunque sólo sea por simples razones de afinidad.                                                                                                                  Santesmases recordó que el agnosticismo del Sr. Tierno Galván, como éste mismo lo expresara en el libro "Qué es ser agnóstico" que él escribió, no era beligerante contra la fe religiosa, por lo que esa característica de transigencia y de humildad, que tanta gente atraía hacia él, confundía a muchos creyentes, haciéndoles pensar que era debida realmente a ciertas creencias que él íntimamente poseía, pues, según ellos, no podía ser de otra forma, ya que presumía de tener un crucifijo en su mesa de trabajo y de repetir que "Dios no abandona a los buenos marxistas", refiriéndose a sí mismo.

           Durante la presentación del PSP en las primeras elecciones generales de la democracia, cuando el Viejo Profesor hizo la defensa del marxismo, la gran mayoría de sus votantes no quisieron ver en sus palabras el profundo sentido revolucionario que tenían y sí la dignidad, la rectitud e incluso la beatitud del que las decía, que actuaba como una noble guía de idealistas y como una referencia ética del socialismo. Por eso  no podía  bajar de sus posiciones utópicas y humanistas e integrarse en aquella avalancha electoralista de nuevos y viejos políticos que aseguraban tener la panacea para todos los males. Sin dejar de ofrecer soluciones y esperanzas, solicitaba primero inquietudes y el necesario sacrificio; haciendo ver un futuro ilusionado, pedía antes esfuerzo y constancia en el quehacer cotidiano de cada uno. Era un ofrecimiento de una nueva forma de sangre, sudor y lágrimas. El resultado fue un humilde medio millón de votos.

          Mientras el Viejo Profesor seguía defendiendo la utopía como "un futuro que es real y que existe al menos en la realidad de la razón", una profunda honradez adornaba todos sus dichos y sus actos; pero no hacía gala de ello, pues creía que era intrínseco en todo buen socialista por estar en la propia esencia del socialismo. Con tal forma de pensar no era cándido preguntarle en una de sus visitas a Alicante: "Don Enrique: si tan perfecto es el socialismo, ¿cómo es posible que pueda  fracasar alguna vez?  Su respuesta fue entristecida y clara: "Sólo puede suceder esto a través de la corrupción, que es posible también en sistemas democráticos donde las responsabilidades políticas y económicas están compartidas y descentralizadas".

       El Profesor Tierno tenía, sin embargo, ciertas ideas que parecían ser contradictorias, aun siendo radicales y tener el mismo origen. Por otra parte esa era la regla en él, pues intentaba hacer política sin olvidar la ética y la utopía y profundizando en la raíz de las cosas. En la cuestión de la entrada de España en la OTAN, al margen de su total oposición, el Profesor esgrimía  un concepto que podía parecer una contradicción, al relacionar este problema  con el golpismo militarista español, pensando que una de las medidas para acabar con éste cuanto antes era "la máxima profesionalización del ejército y su entrada en estructuras militares supranacionales a nivel europeo o incluso superior, si las hubiere".

           Al celebrarse el XXVII Congreso del PSOE, unificado ya con el PSP, cuando se produjo su crisis interna por el abandono del marxismo como un referente del socialismo español  y por el triunfo de la ponencia política del sector crítico, que tuvo como consecuencia la ausencia temporal de su primer secretario, Felipe González, el Profesor fue reclamado con toda urgencia para que fuera al congreso socialista y se hiciera cargo del partido. Se negó a ello, acompañando tal negativa con múltiples argumentos, pero sólo uno claro y tajante, expresado en la intimidad, merecida respuesta a mi insistencia: "Ruiz: ¿qué quieres?, ¿qué nos saquen los tanques a la calle?". Cosa que ocurrió, aun sin él, poco tiempo después.

          Cuando era alcalde de Madrid, Enrique Tierno (ET) estimuló los goces de las gentes de buena voluntad y  buenos modales a través de la recuperación de la moral y de los sentimientos culturales de los ciudadanos. Por ello, con sus afamados “bandos municipales”, tal vez pensando en su concepto de la finitud,  quería conseguir el máximo de felicidad para su ciudad, haciendo ver a los recelosos ciudadanos, como rememoró Santesmases, que "la única alternativa del mundo era el propio mundo", pero que "la buena educación cura muy bien la angustia de la finitud".

Antonio García Santesmases nos hizo comprender que el Viejo Profesor era consecuente con su agnosticismo y que no tenía la agnosía del creyente, sino las creencias de un agnóstico. Una de ellas, la más importante de todas: creer que el comportamiento moral, hacendoso y caritativo, del que él  daba ejemplo cotidiano, tenía que hacerse desde la creencia que la gloria era ese principio por sí mismo y no desde la posibilidad de una buena recompensa  en una segunda vida eterna. Había que tener el coraje, que él enseñaba con su propia vida y que su forma de morir demostró, de no creer en Dios, de no esperar recompensa alguna y, sin embargo,  hacer cosas con diligencia, con justicia y con equidad. A pesar de todo, costaba trabajo entonces, y todavía le cuesta a mucha gente, creer que tantas convicciones de tan profundo sentido ético venían de un agnóstico y muy pocos creyeron que el Profesor pudiera negar la existencia de Dios y con Francisco Umbral nadie dudó, cuando murió, que ..."y Tierno Galván ascendió a los cielos".

Estos son algunos de los recuerdos evocados en mi memoria por mi estancia en aquel symposium, que sigo teniendo presentes con admiración y devoción. Por ello me he permitido hacer, en homenaje al XX Aniversario de Su Muerte, esta íntima reflexión, esta modesta semblanza, que debería haber titulado: "Enrique Tierno Galván, según San.....tesmases".

    Publicado en el diario "Información" de Alicante, pág.23,  19 de enero de 2006.                                       

                                                     

Dios no es blanco.

          Mi primo Luis, ingeniero jubilado en Madrid, es uno de los grandes forófobos del Real Madrid. El otro es mi hermano Mariano, también jubilado en Madrid, y lo era también el hermano de Luis, mi primo Salvador, ingeniero de montes, muerto en accidente de tráfico en Alicante muy tempranamente. Yo era algo menos forófobo pero también muy madridista. En Madrid a partir de la postguerra, donde vivíamos y estudiábamos, los cuatro formábamos dos parejas pero con los hermanos cruzados para evitar partidismos y compensar las edades: el más joven, mi hermano, con el mayor, Luis, y Salvador y yo con edades intermedias. Siempre estábamos juntos, jugábamos a todo, sobre todo por parejas, como el dominó y el billar, pero también individualmente como el ping pong y el ajedrez; hablábamos, discutíamos  y resolvíamos muchas cosas, sobre todo de fútbol pero también de las intelectualidades de moda, como resolver el Damero Maldito de Conchita Montes que publicaba La Codorniz, aunque con la ayuda de un diccionario, y nuestro madridismo nos llevó a ser cuatro de los pocos españoles que tuvimos la suerte de ir a París y ser testigos del triunfo del Real Madrid por 4 a 3 contra el Stade de Reims y su proclamación como Primer Campeón de Europa.

          Nada más terminar la Guerra Civil en 1939, mis tíos Luis, Ángel, Antonio, Andrés y Pedro y mi padre, Fernando, nos asociaron al Madrid a todos los niños de nuestra familia Ruiz Rey. Mi primo Luis debió tener el número 15 ó 20 de Socio Infantil del equipo blanco, ya que yo, más joven que él, tenía el 39 y mi hermano el 40. Sólo la familia Valduque, amigos de mi abuelo paterno, se adelantaron a asociar a sus nietos, por lo que sus números de socios fueron más bajos. Mis tíos y mi padre ya eran socios del Madrid antes de la guerra; algunos habían jugado al fútbol en su equipo amateur, por lo que siempre llevaron en sus corazones el color blanco, mantuvieron hasta su muerte el carné de socio y murieron con números de asociados muy bajos, ya que estos se renovaban periódicamente según se iban produciendo bajas, como sigue sucediendo hasta ahora.

            Con estos antecedentes no es de extrañar que mi primo Luis me asegurara vehementemente hace 3 años que el Real Madrid sería el Campeón de Liga, a pesar que el equipo blaugrana, el Barcelona, iba por delante con 11 puntos de diferencia. Mi incredibilidad era tan grande que le ofrecí a mi primo apostar lo que quisiera dándole un gran porcentaje de ventaja en la apuesta, pero, conociendo su arraigado catolicismo y recordando nuestras afirmaciones para demostrar la existencia de Dios, usadas contra algún amigo o familiar menos creyente, y ante su negativa a la apuesta porque no quería ganarme ningún dinero, yo le brindé la siguiente aseveración: “Mira, Luis, ya no hace falta elegir el mejor argumento de los que estudiábamos y discutíamos acerca de la existencia de Dios. Si el Madrid es campeón de liga, eso es un milagro. Y, si hay milagros, es que Dios existe.” Mi primo Luis aceptó la propuesta doblemente satisfecho: seguiría demostrando la existencia de Dios y celebrando el triunfo de su amado equipo blanco. Así quedamos a la espera del resultado final.

          En el último partido de esa Liga el Real Madrid se proclamaba Campeón, por lo que, lleno de alegría pero con total extrañeza, empecé a celebrar el triunfo y comenté con mis amigos, que veían a mi lado conmigo el fútbol por la televisión en un bar, el nuevo argumento que le había ofrecido a mi primo Luis para corroborar la existencia de Dios. Una señora, que estaba sentada a mi otro lado viendo el partido con su hijo, también estando admirada de la solución final, me preguntó que, si no me importaba, la repitiera mi argumento. Así lo hice, haciendo hincapié en mi alegato: “Si hay milagros y el Madrid es campeón es que Dios existe”. “Efectivamente”, me contestó la señora, comprendiendo entusiasmada mi afirmación y  añadiendo: “Y además Dios es blanco”.

          En la temporada pasada Dios nos ha puesto de manifiesto que, cuando el enemigo es superior, Él cambia de color, pudiendo llegar a ser negro pero también quedándose en valores intermedios, como el azul granate. Este ha sido el caso del F C Barcelona este año, que ha ganado cuatro títulos de los cinco posibles, ya que una y otra Supercopa, de España y de Europa, pertenecen a la temporada pasada, aunque se hayan jugado después de las vacaciones futbolísticas del verano, consiguiendo el Madrid la Copa del Rey de España únicamente, perdiendo en enfrentamientos directos tres de las otras cuatro oportunidades con el Barça, no llegando por lo tanto a la cuarta, que también la ha ganado el equipo blaugrana. Dios ha ayudado a los buenos. “Dios no es blanco …solamente”.

  La inquietud religiosa es al mismo tiempo la expresión del
 sufrimiento real y una protesta contra el sufrimiento real. La
 religión es la queja de la criatura oprimida, el sentimiento de un
 mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas desalmado. Es el opio del pueblo.  Por Carlos Marx  

      

DISCURRIR POR ALICANTE.

Alicante, ciudad de congresos

Hace 25 años Alicante empezó a tener una importancia considerable como una ciudad en la que se podían celebrar congresos profesionales, reuniones científicas, convenciones comerciales, asambleas empresariales, juntas patronales y cualquier otro tipo de comicio que necesitara la presencia de gente venida de múltiples lugares de España y del extranjero.

Alicante, como ciudad de congresos, empezaba echar raíces por aquel entonces, tal vez de la mano de la tendencia a la descentralización que traía la nueva democracia, que permitía dejar de contemplar que sólo Madrid, por su equilibrada situación central en España y, de vez en cuando, Barcelona, Sevilla o alguna otra gran ciudad española, tenían el suficiente atractivo para organizar ese tipo de eventos. Alicante, sin embargo, las aventajaba a todas en muchas cosas y no dejaba de ser una gran ciudad, magníficamente comunicada por aire y por mar, bastante bien comunicada por tren y se podía llegar a ella por carreteras aceptables para aquellos tiempos desde el oeste pasando por Madrid, desde el norte por Valencia y desde el sur por Murcia.

Un ejemplo de lo antedicho fue la fundación que llevé a cabo en Alicante en 1976 de la Sociedad de Neurocirugía de Levante, en colaboración con compañeros neurocirujanos  de Murcia y de Valencia, con lo que constituimos la primera sociedad regional de esa especialidad en España y, tal vez, una de las primeras de cualquier otra especialización.

Las ventajas que tenía Alicante sobre el resto de las ciudades españolas eran varias  y no superables conjuntamente por ninguna de aquellas ciudades. Entre estas estaba, sobre todo, el clima, la luz, el paisaje y el mar. También su gran capacidad hotelera, complementada por otras ciudades próximas, si fuera necesario.

Otra de las ventajas era el impulso social, el apoyo turístico y la ayuda económica que daban a los organizadores las autoridades de aquel entonces, tanto del Ayuntamiento como, sobre todo, de la Diputación, así como de la Seguridad Social y de la naciente Generalidad Valenciana. Como ejemplo de lo que digo, baste decir que, cuando organicé en Alicante el Primer Congreso de Neurocirugía de Levante, por mandato de la mencionada Sociedad,  obtuve tantas subvenciones que al final me sobró mas de un millón de pesetas de entonces, que era más de las dos terceras partes de los gastos que ocasionó la celebración. Con el dinero sobrante pude organizar en Alicante,  ya sin necesidad de pedir más ayudas, varias otras actividades científicas de la Sociedad de Neurocirugía de Levante, en conjunción con el Servicio de Neurocirugía del Hospital de Alicante, del que desde entonces soy su Jefe de Servicio. Digo todo esto como carta de identidad de mi experiencia en organizar congresos, a la que hay que añadir la obligación, sobrada y gustosamente bien cumplida por mí, de asistir al máximo posible de los que se celebran en el resto de España (Sociedad Española de Neurocirugía) o fuera de ella (Sociedades Europea y Mundial de Neurocirugía).

            Discurrir por Alicante debe tener el significado de andar por la ciudad en busca de alguno de sus defectos y de encontrar alguna solución, pero también debe expresar el pensar por la ciudad de Alicante, evitando que otros piensen por ella y que, por lo tanto, tomen decisiones sin contar con los alicantinos.

            El Foro por Alicante ha conseguido, con más de 20.000 firmas contra la construcción del Palacio de Congresos en el Monte Benacantil, recogidas en un solo mes de entre alicantinos y alicantinas  y de residentes de muchas regiones españolas y naciones extranjeras, que no se desprecie el patrimonio histórico-artístico y la señal emblemática de la ciudad que supone el Castillo de Santa Bárbara y su monte.

            La ubicación del proyectado palacio de Congresos de Alicante en la falda oeste del Monte Benacantil es un atentado contra la ecología, un delito contra el medio ambiente y una ilegalidad contra la actual normativa de sitios históricos y artísticos. Además, la vaguada donde quiere encajarse no es el lugar adecuado para un Palacio de Congresos en Alicante, ya que, aparte la visión lumínica de las noches de Alfonso, el Sabio, este emplazamiento no ofrece a los congresistas ninguna de las vistas que han hecho famosa en el mundo entero a la ciudad de Alicante: su mar y su cielo mediterráneos.

            Los catedráticos Antonio Gil Olcina y José Ramón Navarro Vera, el ex Presidente de la CAM, Román Bono y …………………,el ex Director del Teatro Principal, cuatro alicantinos que llevan muchísimos años dedicados a la mejora de la vida alicantina, manifestaban, en una entrevista conjunta a la prensa1, que la ciudad de Alicante se está degradando sin que haya una respuesta social a los problemas ciudadanos, destacando entre ellos los tres temas que ya trataba El Foro por Alicante: la Universidad, la CAM y el Palacio de Congresos.

            Respecto a este último, los cuatro califican el mapa que es "un error, metido con calzador, un pegado postizo,   PERO todavía más también cuestionan el proyecto, apelando a la imaginación del autor del mismo, el arquitecto garcía Solera, que haga otro nuevo, dando alguna sugerencia para ello, como sería añadir un escenario para que fuera También un Auditorio Musical.

Los cuatro entrevistados coinciden también en que la ubicación propuesta se debe a una tendencia caprichosa y a un empecinamiento que olvida las inclinaciones de los vecinos de Alicante, sin que estos parezca que se muevan para hacer valer su opinión. Por ello los alicantinos de nacimiento, que son una mayoría, y los alicantinos de corazón, que somos la otra mayoría, debemos de erradicar para siempre el derrotista complejo de inferioridad de que nada podemos hacer ante la adversidad. Ese "menfotismo alicantino", que indudablemente parece venir de la frase francesa "Je m' en faut" (yo me fastidio), hay que desecharlo de una vez por todas, abandonando el fatalista sentido de que las cosas son sólo decididas por unas instancias supuestamente superiores a nosotros, olvidando que la soberanía de las decisiones para nuestra ciudad reside en los ciudadanos y ciudadanas de Alicante.

            Ante una decisión que no estaba aceptada a través de una bien explicada campaña electoral, donde lo escrito como cosa que se haría más adelante en caso de ser aceptada esa candidatura no estaba escrita en toda su importancia ni expuesta en toda su extensión, lo normativo, lo justo, lo correcto, tanto ética como políticamente hablando, es pedir la opinión de la ciudadanía, bien si es por primera vez, o volverla a pedir cuando las circunstancias han cambiado suficientemente cómo para pensar que su voluntad ha podido cambiar.

Cuando más de 20.000 alicantinos, en una recogida de firmas de menos de un mes de duración, demuestran que no quieren el Palacio de Congresos de Alicante ubicado en la falda del Monte Benacantil, no ofrecer a estos ciudadanos y al resto de sus paisanos la posibilidad de expresar su deseo definitivo en un Referendum debería ser ilegal y estar castigado, ya que la Constitución Española recoge esta posibilidad en términos substancialmente iguales a los que se están dando en esta ocasión en Alicante.

Todo lo antedicho, así como la mayoría de los debates hasta ahora, se han centrado en el punto de vista del castillo y de la montaña, que a través de su ciudadanía indudablemente han dicho que "no quieren que se les construya un palacio ni cerca de él ni en la falda de ella", expresándose con más de 20.000 voces alicantinas y la opinión del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana menos su Sala Segunda.

Aunque las cosas quedan así bastante bien definidas, sin embargo yo quisiera hablar, si me lo permite mi buen lector, en nombre del "congreso", con las palabras de los congresos, con la voz de los congresistas, haciéndolo desde dos puntos de vista: el primero, acerca de la propia estructura del palacio proyectado, se ubique este donde se ubique; y, el segundo, referente a la mejor situación, al mejor sitio, donde celebrar los congresos en una ciudad como Alicante.