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DIOS ES BLANCO

Due Date: 
Sat, 19/08/2023 (All day)

                                                  

Dios no es blanco.

          Mi primo Luis, ingeniero jubilado en Madrid, es uno de los grandes forófobos del Real Madrid. El otro es mi hermano Mariano, también jubilado en Madrid, y lo era también el hermano de Luis, mi primo Salvador, ingeniero de montes, muerto en accidente de tráfico en Alicante muy tempranamente. Yo era algo menos forófobo pero también muy madridista. En Madrid a partir de la postguerra, donde vivíamos y estudiábamos, los cuatro formábamos dos parejas pero con los hermanos cruzados para evitar partidismos y compensar las edades: el más joven, mi hermano, con el mayor, Luis, y Salvador y yo con edades intermedias. Siempre estábamos juntos, jugábamos a todo, sobre todo por parejas, como el dominó y el billar, pero también individualmente como el ping pong y el ajedrez; hablábamos, discutíamos  y resolvíamos muchas cosas, sobre todo de fútbol pero también de las intelectualidades de moda, como resolver el Damero Maldito de Conchita Montes que publicaba La Codorniz, aunque con la ayuda de un diccionario, y nuestro madridismo nos llevó a ser cuatro de los pocos españoles que tuvimos la suerte de ir a París y ser testigos del triunfo del Real Madrid por 4 a 3 contra el Stade de Reims y su proclamación como Primer Campeón de Europa.

          Nada más terminar la Guerra Civil en 1939, mis tíos Luis, Ángel, Antonio, Andrés y Pedro y mi padre, Fernando, nos asociaron al Madrid a todos los niños de nuestra familia Ruiz Rey. Mi primo Luis debió tener el número 15 ó 20 de Socio Infantil del equipo blanco, ya que yo, más joven que él, tenía el 39 y mi hermano el 40. Sólo la familia Valduque, amigos de mi abuelo paterno, se adelantaron a asociar a sus nietos, por lo que sus números de socios fueron más bajos. Mis tíos y mi padre ya eran socios del Madrid antes de la guerra; algunos habían jugado al fútbol en su equipo amateur, por lo que siempre llevaron en sus corazones el color blanco, mantuvieron hasta su muerte el carné de socio y murieron con números de asociados muy bajos, ya que estos se renovaban periódicamente según se iban produciendo bajas, como sigue sucediendo hasta ahora.

            Con estos antecedentes no es de extrañar que mi primo Luis me asegurara vehementemente hace 3 años que el Real Madrid sería el Campeón de Liga, a pesar que el equipo blaugrana, el Barcelona, iba por delante con 11 puntos de diferencia. Mi incredibilidad era tan grande que le ofrecí a mi primo apostar lo que quisiera dándole un gran porcentaje de ventaja en la apuesta, pero, conociendo su arraigado catolicismo y recordando nuestras afirmaciones para demostrar la existencia de Dios, usadas contra algún amigo o familiar menos creyente, y ante su negativa a la apuesta porque no quería ganarme ningún dinero, yo le brindé la siguiente aseveración: “Mira, Luis, ya no hace falta elegir el mejor argumento de los que estudiábamos y discutíamos acerca de la existencia de Dios. Si el Madrid es campeón de liga, eso es un milagro. Y, si hay milagros, es que Dios existe.” Mi primo Luis aceptó la propuesta doblemente satisfecho: seguiría demostrando la existencia de Dios y celebrando el triunfo de su amado equipo blanco. Así quedamos a la espera del resultado final.

          En el último partido de esa Liga el Real Madrid se proclamaba Campeón, por lo que, lleno de alegría pero con total extrañeza, empecé a celebrar el triunfo y comenté con mis amigos, que veían a mi lado conmigo el fútbol por la televisión en un bar, el nuevo argumento que le había ofrecido a mi primo Luis para corroborar la existencia de Dios. Una señora, que estaba sentada a mi otro lado viendo el partido con su hijo, también estando admirada de la solución final, me preguntó que, si no me importaba, la repitiera mi argumento. Así lo hice, haciendo hincapié en mi alegato: “Si hay milagros y el Madrid es campeón es que Dios existe”. “Efectivamente”, me contestó la señora, comprendiendo entusiasmada mi afirmación y  añadiendo: “Y además Dios es blanco”.

          En la temporada pasada Dios nos ha puesto de manifiesto que, cuando el enemigo es superior, Él cambia de color, pudiendo llegar a ser negro pero también quedándose en valores intermedios, como el azul granate. Este ha sido el caso del F C Barcelona este año, que ha ganado cuatro títulos de los cinco posibles, ya que una y otra Supercopa, de España y de Europa, pertenecen a la temporada pasada, aunque se hayan jugado después de las vacaciones futbolísticas del verano, consiguiendo el Madrid la Copa del Rey de España únicamente, perdiendo en enfrentamientos directos tres de las otras cuatro oportunidades con el Barça, no llegando por lo tanto a la cuarta, que también la ha ganado el equipo blaugrana. Dios ha ayudado a los buenos. “Dios no es blanco …solamente”.

  La inquietud religiosa es al mismo tiempo la expresión del
 sufrimiento real y una protesta contra el sufrimiento real. La
 religión es la queja de la criatura oprimida, el sentimiento de un
 mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas desalmado. Es el opio del pueblo.  Por Carlos Marx